© 2010 Guillermo Aurelio Barón Cabut
Quito, Ecuador. Iglesia de Santo Domingo, exterior (2010) Photography by Guillermo Aurelio Barón Cabut
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Original Artwork
Photography,
- Dimensions Height 39.4in, Width 59.1in
- Categories Photographs under $5,000
IGLESIA DE SANTO DOMINGO:
Comenzó su construcción en 1581 bajo la dirección de Francisco Becerra, arquitecto español, concluyendo en 1650. Su reciente restauración ha permitido rescatar la belleza de la iglesia y del convento. El artesonado mudéjar, el retablo cubierto con pan de oro y la decoración de la capilla del Rosario, muestra inigualable[...]
IGLESIA DE SANTO DOMINGO:
Comenzó su construcción en 1581 bajo la dirección de Francisco Becerra, arquitecto español, concluyendo en 1650. Su reciente restauración ha permitido rescatar la belleza de la iglesia y del convento. El artesonado mudéjar, el retablo cubierto con pan de oro y la decoración de la capilla del Rosario, muestra inigualable de las más valiosas obras del barroco quiteño, invitan a admirar la calidad del trabajo de los artistas del siglo XVII. Fueron Bernardo de Legarda y Antonio Salguero los que aportaron con el mayor número de obras. Destacan también el óleo de nuestra Señora de Pompeya, en la capilla levantada en su honor, así como el refectorio del convento con lienzos de la vida de Santa Catalina de Siena y frescos de los más importantes santos y mártires de la Orden Dominicana; pero, sin duda, la biblioteca es una de las mayores joyas que Santo Domingo posee, con una buena recopilación de manuscritos antiguos.
Comenzó su construcción en 1581 bajo la dirección de Francisco Becerra, arquitecto español, concluyendo en 1650. Su reciente restauración ha permitido rescatar la belleza de la iglesia y del convento. El artesonado mudéjar, el retablo cubierto con pan de oro y la decoración de la capilla del Rosario, muestra inigualable de las más valiosas obras del barroco quiteño, invitan a admirar la calidad del trabajo de los artistas del siglo XVII. Fueron Bernardo de Legarda y Antonio Salguero los que aportaron con el mayor número de obras. Destacan también el óleo de nuestra Señora de Pompeya, en la capilla levantada en su honor, así como el refectorio del convento con lienzos de la vida de Santa Catalina de Siena y frescos de los más importantes santos y mártires de la Orden Dominicana; pero, sin duda, la biblioteca es una de las mayores joyas que Santo Domingo posee, con una buena recopilación de manuscritos antiguos.
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