MIRARTE GALERIA
La Nación, Domingo 25 de Mayo de 1997
EL PLACER DE LA MUSICA
Por Jairo Beltrán Tovar
“El artista vive y siente las melodías desde la combinación perfecta de los sonidos y natural sencillez de los colores. La música, entretenimiento perfecto de las vibraciones, conjuga con la pintura la plasmación grafica del nexo orgánico del artista con la vida del pueblo”. Es el pensamiento de Arturo Ignacio Flórez Buesaquillo que me sirve de preámbulo para despejar en cuatro líneas un asomo a su perfil de artista, hijo de las llanuras y los Andes Nariñenses , apegado a su tierra y al acervo cultural de sus mayores de quienes recibe el más grande afecto, ejemplo y espíritu de trabajo. Recuerda que su abuelo gustaba con placer hacer de la guitarra la solicita compañera de su alma de labriego y de la bandola un pergamino quiteño de melodías arrancadas a la libre de los mechos, mientras su tío mayor hería el espinazo del Galeras arrancándole al clarín el secreto de los nevados en la majestad pujante de las nieves y el verde esmeralda de las cordilleras.
Se hizo pintor en la Universidad de su pueblo natal, y desde entonces ha hecho del paisaje el manto sutil de los colores, creación que se abre a la vida de una sociedad compleja que clama justicia y que “siendo libre” espera libertad. Refiriéndose al artista, Humberto Taffur Charry, dijo alguna vez: “La obra de Arturo Ignacio Flórez es la vía que el pintor recorre de lo elemental a lo universal, porque así es el lenguaje de las cosas que trascienden la vida de nuestros pueblos; el pintor ha recorrido caminos del sentimiento en búsqueda de permanente identidad. Lo que en Oswaldo Guayasamin es trasunto de la tragedia del indígena de Los Andes, en Flórez, obra el prodigio de dar brillantes y coloridos a la tristeza”.
Como amigo de Arturo Ignacio, me siento altanero al escribir para el estas cuantas líneas, pocas para expresar la magnitud de su talento y el aporte que le ha dado a la cultura como profesor del Instituto Julián Motta Salas INEM, con quien cumplirá los 25 años de vida académica en el departamento del Huila. Ahora solo me resta invitar a sus alumnos para que disfruten a plenitud las enseñanzas de su maestro.