Paula Weiszkopf

Paula Weizskopf






Paula Weiszkopf
Una materia caótica que impone un orden a la composición del cuadro, un andar a campo traviesa sin saber como será el desenlace. Lo mismo que Paula hace en sus pinturas lo hizo en su vida. Cuando vino a mi taller tenía diez años. La niña seguía intacta. No había perdido el mundo fantástico y poético que suelen perder los chicos a esa edad y lo mejor de todo es que la acompañó hasta la actualidad.

El espíritu de aventura se manifestaba en aquellos trabajos hechos con estímulos cromáticos, es decir, partiendo del caos, sin inmutarse ante lo impredecible.

Buscaba sus imágenes experienciales con la íntima seguridad de que si no resolvía por un lado lo haría por otro. El color contrastado por temperatura y valores fueron casi siempre una de sus provocaciones ,así como también el uso de materiales no convencionales que hacían una autorreferencia a sus vivencias cotidianas.

Luego la adolescente relacionada con la música de su momento en su país, Argentina y en el mundo, una relación que la aislaba de su entorno próximo . Paula, la música y la pintura. Una forma de crearse un mundo otro.

La mujer se manifestó a través de una fuerte composición configurativa para contener el caos inicial sin sofocarlo. La vida no le evitó obstáculos, ni sinsabores pero también los enfrentó con la audacia y el criterio, la sensibilidad y la pasión como el hecho vital que es su obra.

P.W es mi discípula y amiga, como pintora se asemeja a la pintura como género, posee una bipolaridad seductora, pero nunca se deja vencer.

Ella y su obra viven al unísono, y su arte es una razón y un medio de vida.

Helena Distéfano