"San Blas - Benito" (Imaginario Ocasional) (2023) Fotografía por José Antonio Muñoz

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  • Este trabajo es una "edición abierta" Fotografía, Impresión Giclée / Impresión digital
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  • Varios apoyos disponibles (Papel de bellas artes, Impresión sobre metal, Impresión sobre lienzo)
  • Enmarcado Enmarcado disponible (Marco flotante + bajo vidrio, Marco + bajo vidrio acrílico)
  • Estado de la obra de arte La obra de arte está en perfectas condiciones
  • Categorías Impresionismo Cultura popular
Benito pasea lento, pero sin pausa por las calles de Cáceres, sostiene de la mano a su bisnieta Sofía con ternura y seguridad. Es la fiesta de San Blas y la ciudad está llena de color y alegría. A su alrededor, por todos lados la gente viste sus trajes regionales y los gigantes y cabezudos llenan las calles con su imponente presencia. Juntos, suben[...]
Benito pasea lento, pero sin pausa por las calles de Cáceres, sostiene de la mano a su bisnieta Sofía con ternura y seguridad. Es la fiesta de San Blas y la ciudad está llena de color y alegría. A su alrededor, por todos lados la gente viste sus trajes regionales y los gigantes y cabezudos llenan las calles con su imponente presencia. Juntos, suben por la cuesta del cementerio. Es una cuesta empinada, y Benito lo nota a sus 86 años, cómo su corazón late más fuerte al esforzarse por subir. Pero a su lado está Sofía, su pequeña y revoltosa bisnieta, y su presencia le da fuerzas para continuar. Benito nota cómo una lágrima se deslizaba por su mejilla. Sofía, curiosa, le mira a los ojos y le pregunta: ¿Estás triste, “Bisi”? Benito sonríe con tristeza y le explica: “No, mi niña, no estoy triste. Solo estoy recordando a los que se fueron antes que yo. Este cementerio es un lugar de descanso para muchos de nuestros antepasados”. Sofía parece comprender y agarra la mano de su bisabuelo con más fuerza, siguen adelante por esa acera ancha y que parece interminable. Benito piensa en todas las personas que había amado y perdido a lo largo de su vida. Recuerda de forma constante a su esposa, a sus padres, amigos y otros muchos que ya no están a su lado. No dice nada, pero siente un dolor profundo en su corazón. Pero también piensa en Sofía, en la alegría que ella le da cada día y en lo mucho que la quiere, esos pensamientos le traen una sensación de paz y felicidad que no sentía desde hace mucho tiempo. Sofía salta, se empina hasta que Benito la coge, estaba desprevenido, pero aun así la sujeta hacia su pecho, Sofía le da un abrazo cálido y le susurró al oído: “No te preocupes, "Bisi" yo siempre estaré contigo”. Esa noche, mientras se acostaba en su cama, Benito reflexionó sobre la belleza de los sentimientos humanos. En la tristeza y el dolor, pero también en la alegría y la felicidad que podía encontrar en las personas que le rodean. Se sintió agradecido por tener a Sofía a su lado, una fuente de amor y felicidad que lo acompañaría hasta el final de sus días.

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A menudo, en cuanto amanece, voy en tu busca, mi cámara se dirige hacia ti, de una manera u otra te admira. Eres como una figura majestuosa que emerge de mis sueños, de tus sueños, desplegando tu esencia al[...]

A menudo, en cuanto amanece, voy en tu busca, mi cámara se dirige hacia ti, de una manera u otra te admira. Eres como una figura majestuosa que emerge de mis sueños, de tus sueños, desplegando tu esencia al mundo. Desde detrás de mi lente, voy atesorando esos fugaces momentos en los que te conviertes en el protagonista de mi universo visual. 

Avanzas con determinación hacia la esquina, cruzas una calle sin mirar, sin notar mi presencia oculta tras el objetivo. En cada uno de tus pasos, siento cómo mi corazón se estremece, aunque tú no lo sepas. Ignoras que, a través de los cristales de mi cámara, capturo imágenes que narran historias inspiradas en ti. 

Aunque nuestras vidas solo se entrelazan en el mundo de la contemplación, me completa la mera idea de ser testigo de tus vivencias. A través de mis fotografías, construyo paisajes que rozan lo etéreo y retratos que revelan tus secretos más profundos. Me sumerjo en las luces y sombras de risas o llantos, buscando reflejar el brillo de tu esencia. En mi mente se despliegan imágenes de mañanas de invierno o tardes de verano, donde tú y yo nos encontramos en cada encuadre, capturados en el abrazo cálido de un instante fugaz. 

Tú eres la luz que guía mis imágenes, el motivo que ilumina mis días. Sin embargo, permanezco en las sombras, oculto tras el visor de mi cámara. Mi objetivo sigue enfocando, y cada disparo representa un fragmento de mi alma que busca tu mirada, anhela capturar la esencia perfecta a tu lado. 

En el refugio de los encuadres, la composición y la edición, te rindo homenaje en cada imagen, te hago inmortal en mis fotografías. En cada amanecer, cuando la luz se despliega y transforma el mundo en una paleta de colores, eres mi guía, mi inspiración más profunda. Aunque nuestras vidas solo se crucen en el instante congelado de una fotografía, sé que nuestras almas se encuentran en la eternidad de cada imagen, donde las emociones y los sentimientos se capturan quizá para siempre.

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