Beatriz Loreto Pineda

Desde que escuché a Beatriz Loreto Pineda hablar de su intención artística por primera vez,
púde entender que le inquietaba un interés particular por las trayectorias que vivimos todos
y las huellas que inevitablemente dejamos en el camino. Ideas directamente relacionadas eran
“estar de paso”, en “tránsito” permanente, dando paso al deseo de registrar estos andares.

Hubo momentos en que este interés era tratado de forma muy concreta, utilizando la imagen de los zapatos como símbolo de un constante e incansable traslado. Se realizó una serie pictórica dando crédito a estos socios de nuestros andares efímeros, el calzado que marca los pasos, muestras de una realidad vivida: Somos, fuimos, y algo de nosotros queda guardado en alguna memoria que lo graba todo. Técnicamente hablando esta serie se realizó con una propuesta figurativa en óleo…, hasta que entró la grana cochinilla en la vida de Beatriz.

La empatía inmediata para descubrir y adentrarse en este medio artístico, primero a través de múltiples composiciones abstractas, en un momento se relacionó con otro hallazgo: Un libro titulado “Oficios y otros menesteres en Oaxaca” donde aparecieron en forma de censo personas fichadas como boleros de zapatos, cargadores de agua, policías, prostitutas…, representantes de la población oaxaqueña marginada a principios del siglo XX.

¿Será que haya vidas que sí se queden en el olvido, que no dejen huellas y sólo a través de un registro municipal puedan reclamar que en algún momento vivieron? Sus rostros inmutables poco a poco dejaron de ser ajenos, Beatriz empezó a hablarles de “tú a tú” y durante dos años de trayectoria artística se realizó el deseo por darles un hogar. Cada vez más familiarizada con la técnica de la grana cochinilla, se presentaban en un mundo fino y sensible en cuanto a graduaciones cromáticas. Como las capas íntimas de nuestra epidermis se iban sobreponiendo niveles de color, tapando uno por otro, igual súbitamente abriéndose, trasluciendo lo que había quedado en el fondo. Se incluyeron elementos decorativos como ornamentos de azulejos, estampados de encajes, reminiscencias a la época de los personajes retratados y tal vez, por primera vez en su vida, ellos se acomodaron en un lugar digno. Las pinturas de Beatriz se hicieron una reivindicación, ahora Tiburcio, Dolores y María Elena se volvieron de nuevo presentes, vivían a través de una memoria afectuosa, medios desvanecidos, tal vez abatidos, pero lo suficientemente nítidos para reconocerlos. La grana cochinilla llegó a actuar como un tapete bello que los acogió.

Pero la búsqueda creativa no se queda quieta. Recientemente, en una nueva exploración artística, aparece “cualquier persona”, quiere decir nosotros, como una huella. Puede ser que nuestra presencia se manifieste como un patrón que se repite, como un ornamento imponente, diluido o quedando como pura sombra. Muchas vidas están vividas con sus destinos singulares y capítulos consecutivos que forman la trama de la vida. Es una narración siempre abierta hasta que concluya el ciclo y nos volvemos parte de un tejido mayor, bello, misterioso, denso con sus capas insondables donde de repente emerge otro nivel acaso olvidado que había quedado hasta el fondo.

Beatriz Pineda no abandona su primera idea: Todo queda registrado en el mapa de la vida, todo es signo, huella, testimonio de alguien quien vivió. Hay un contexto, una memoria más grande que nos ubica en esta constante trayectoria de pasado, presente y futuro.

La herramienta para crear este fondo ahora es sólidamente la grana cochinilla. Por un lado es belleza visual pura, la dimensión poética que regala esta técnica a la obra pictórica. Pero por otro lado la grana misma forma parte de un ciclo natural: El insecto se muere y su sustancia da inicio a un nuevo discurso, ahora artístico, ofreciendo un sinfín de matices transparentes y opacos, claros y oscuros, ligeros y densos desde el rosado más abatido al negro poderoso…, posibilidades expresivas que hay que explorar y descubrir por parte del artista dispuesto a entregarse.

Aquí hay un detalle importante de cómo tratar al medio que deja de ser una técnica pictórica más y se transforma en un agente, un socio con vida propia: Hay que atender lo que la grana nos dice, lo que ella pide para ser tratada y en un constante escuchar y responder, dar y recibir, se va creando un mundo cromático que se convierte en símbolo de esta belleza mayor que mencionamos, digna para ser el fondo en el cual se acomodan nuestras historias, las tramas del ser humano.

Cuando escuché a Beatriz hablar de su obra por primera vez,
mé acordé de un poema del poeta alemán Wieland Herzfelde:

“De paso”
A veces rompe un relámpago
la capa de nubes del tiempo fugaz
y extrañamente nítido
resplandece en la profundidad
lo que era real.


Susanne Brass
México, Enero 2015

Me interesan las huellas que inevitablemente dejamos en el camino como parte de una historia de vida. La memoria como señales de identidad y también la memoria como aquello que adquiere otra dimensión que nos ubica en esa constante trayectoria del pasado, presente y futuro.
Mi trabajo se centra en la Pintura, en la empatía que establezco con las imágenes, el color y el material que ocupo. Muchas veces recurro a fotografías autorreferente o de otros, donde la presencia del ser humano define un momento en el pasado, las manipulo constantemente, siendo determinante en su intervención, la exploración y experimentación. El fragmentar, desmenuzar y atomizar visualmente me ayuda a capturar, a re-construir un nuevo estado en la imagen, re-significando y descontextualizando elementos a partir de una memoria afectuosa y mi relación con los nuevos espacios, ahí es donde la huella se transforma en tramas de color saturadas o desleídas, como un tejido que se va componiendo de finas graduaciones cromáticas, capas superpuestas, rastros diversos de lo que fuimos y somos. Rescato la huella de nosotros retenida en el tiempo, logrando una conexión establecida entre pintura-vida, hombre-naturaleza, imaginación-creación.
El uso de la grana cochinilla, como tinte natural orgánico, se ha ido transformando en una particular forma de ser en mi pintura, como un elemento fundamental en la proposición y modificación de espacios, logrando determinar códigos visuales y de contenido que nos remiten a vestigios, lo que me ayuda en esa relación huella- memoria.

“En tránsito”


Ahora entiendo: “En tránsito” no sólo es el título de la exposición,
sino el propio trabajo de Beatriz está en transición.
Empezó como ensayo pictórico sobre el zapato partiendo de su retrato,
y ahora nacen imágenes que muestran rostros desfasados dentro de texturas igual de borrosas,
rayadas, rascadas.

Y a lo mejor ni empezó con los zapatos.
Desde mucho antes coleccionaba fotos antiguas, desgastadas, con una afinidad extraña, sensible,
para la mirada de un rostro desconocido a penas identificable.
Sacó copias, hizo Collages con pedazos de vida ajena, los grabó en metal rayando la superficie de este soporte, destruyendo lo impecable. Algo roto quedó, algo dañado, pero sólo así la materia pudo hablar de otros desgastes, dejar atrás su estado liso, inerte, en espera.
Igual como nosotros, sólo aceptando los cambios de nuestro propio rostro, viviendo, nos hacemos auténticos.

Los primeros zapatos, detenidamente observados,
nacieron a lo mejor por esta misma afinidad por los fenómenos en transición.
Siendo igual materia en espera soportan nuestras intervenciones incesantes, se hacen compañeros de viaje.
Llegamos y partimos de cualquier sitio y poco a poco se van quedando rayados, rascados, se vuelven textura desgastada y normalmente se agotan antes de nosotros. Hay un afecto por estos rostros marcados,
por los soportes que nos soportan, que pierden un atractivo inicial para adoptar su carácter inconfundible.

Ya ni hay zapatos en los cuadros más recientes.
Así como nos acompañan un rato en la vida, también en la obra de Beatriz estaban presentes de manera efímera. Aparecieron para hablar de nuestros caminos inciertos, vacilaciones y cambios de dirección.
Pero ahora la mirada vuelve al propio ser humano:
¿Qué hace en toda su vida? ¿Qué le preocupa, qué busca?
Como nunca sabemos bien a dónde vamos, por lo menos tenemos certeza de donde venimos.
¿Pero esta joven que me mira con lentes y un peinado tan distinto al mío soy yo? ¿Fui ella?
¿O mudamos de piel, entregamos nuestras distintas fases al pasado?
Estar en transición parece ser condición humana. Somos igual textura intervenida.
Dejamos huellas por todas partes marcando las superficies y nosotros mismos nos volvemos huella.

La mirada al pasado es como un remanso en este andar fugaz.
Distinguimos rostros, el propio u otro ajeno y algo nos hechiza.
Por un momento se suspende cada avance y respondemos esta mirada.
“Te veo”… hasta que termine el suspense como en las “encantadas”:
después de estar paralizados seguimos corriendo.

Y de nuevo todo es borroso. Parece así el presente lo quiere.
Nos mantiene en constante movimiento, sólo por instantes permite el encanto.
Estamos en tránsito continuo. No nos queda otra que convertirlo en disfrute estético.


Susanne Brass
Diseñadora Gráfica
Catedrática de Historia del Arte y Creatividad
Universidad Mesoamericana

Beatriz Loreto Pineda Lara, nace en Chile en la ciudad de Lota, sus estudios de educación básica, media y universitaria los realiza en la ciudad de Santiago. Ganando en el año 1996 una Beca otorgada por la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, que le permite realizar una Maestría en Artes Visuales, en la Universidad Nacional Autónoma de México. A fines del 2008 retorna a Chile, para hacerse cargo del Departamento de Actividades Culturales, de la Universidad Diego Portales, hasta el año 2002, cuando decide radicar por segunda vez en México, en la ciudad de Oaxaca, durante 7 años se dedica a la docencia y producción plástica. Nuevamente en Chile el año 2009, continúa su trabajo, profundizando cada vez más en su propuesta plástica en torno a la técnica mixta con grana cochinilla.

1996-1998 Maestría en Artes Visuales (Pintura) Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

1999 Diploma en Administración Cultural Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC)

1980-1984 Licenciatura en Educación en Artes Plástica Universidad de Santiago de Chile (USACH)

OTROS ANTECEDENTES ACADÉMICOS

2008: Curso básico de Conservación y preservación de fotografías, impartido por la licenciada Mariana Plank González Rubio, responsable de la Sección conservación del archivo Fotográfico Manuel Toussaint. Universidad Nacional Autónoma de México. Organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas Sede Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.
2007: Taller de Gráfica Expandida, impartido por la artista estadounidense Nicola López, La Curtiduría, espacio Contemporáneo para las Artes. Oaxaca de Juárez, Oaxaca. México
1999: Seminario Internacional "Gestión Cultural entre visión y realidad" organizado por el Goethe Institut Santiago, Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile.
1997: Taller de Gráfica Alternativa, impartido por el artista grabador Alejandro Pérez Cruz. Escuela de Artes Plásticas, Plantel Xochimilco, Universidad Nacional Autónoma de México.
1996-1997: Taller de Huecograbado, impartido por el artista grabador Marco Antonio Albarrán. Escuela de Artes Plásticas, Universidad Nacional Autónoma de México.
1994: Seminario La interacción del Color, dirigido por el grabador y profesor Eduardo Vilches de la Universidad Católica de Chile. Departamento de Cultura, Ministerio de Educación.
1993: Curso de Perfeccionamiento en Arte y Educación Infantil. Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile.

EXPERIENCIA PROFESIONAL

2002-2008 Profesora de cátedra de Dibujo I y Dibujo II en la Licenciatura de Diseño Gráfico de la Universidad Mesoamericana. Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México.
2008 Dirección Taller “Grana Cochinilla, como recurso pictórico y de ilustración” (20 horas). Colectivo Taller. Centro de Mujeres Artesanas de Oaxaca de Juárez, Oax. México.
2005- 2007 Talleres “La electrografía: Un recurso Gráfico” (20 horas); “La electrografía: proceso generador de imágenes” (20 horas) y “Gráfica alternativa, Electrografía” (20 horas). Actividades propuestas en Semanas del estudiante Mesoamericano. Universidad Mesoamericana. Oaxaca de Juárez, Oax. México.
2004 Dirección Taller de Pintura, Colegio Federico Froebel, Oaxaca de Juárez, Oax. México
2003 Dirección Taller de Pintura para Padres, (20 horas). Actividad propuesta en la 9ª Semana del estudiante Mesoamericano. Universidad Mesoamericana. Oaxaca de Juárez, Oax. México.
2002 Profesora de la cátedra de Creatividad I en las Licenciaturas de Psicología; Comunicación y Contabilidad de la Universidad Mesoamericana. Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México.
2002 Profesora de la cátedra de Introducción al Diseño Gráfico en la Licenciatura de Comunicación de la Universidad Mesoamericana. Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México.
1999-2001 Directora del Departamento de Actividades Culturales y profesora del Taller de Pintura, Dirección de Asuntos Estudiantiles Universidad Diego Portales. Santiago. Chile.
1998 Profesora Reemplazante del Taller Introducción a las Artes Plásticas, Instituto Cultural Helénico. San Ángel, México D.F.
1991-1996 Profesora de Artes Plásticas y Dirección del Taller de Pintura. Colegio Confederación Suiza, Ilustre Municipalidad de La Reina, Santiago. Chile.
1993-1996 Dirección Taller de Pintura. Departamento de Actividades Culturales Universidad Diego Portales. Santiago. Chile.
1989 Diseñadora Gráfica, Agencia de Publicidad Publiservice Ltda. Santiago. Chile.
1988: Supervisora Talleres de Artesanía y cursos de Perfeccionamiento de Color y Composición. Departamento de Capacitación CEMA-CHILE. Santiago.
1986: Profesora Taller de Pintura. Departamento de Actividades Culturales, USACH.Chile.
1985: Dirección Taller de Artesanía. Centro de Menores Policarpo Toro. Santiago.Chile.
1984-1985: Ayudantía Académica en el taller de Pintura del Departamento de Actividades Culturales, Universidad de Santiago de Chile (USACH).



PARTICIPACIÓN EN EXPOSICIONES
2012 Museo Gabriela Mistral de Vicuña. Exposición "Grana x Arte", pinturas técnica mixta con grana cochinilla. Vicuña. Chile.
2011 Museo Histórico Gabriel González Videla. Exposición individual “Grana X Arte”, pinturas técnica mixta con grana cochinilla. La Serena. Chile.
2009 Sala Marco Bontá, Gran Logia de Chile. “Dimensión Interior”. Exposición de pinturas, con técnica mixta en base a grana cochinilla. Santiago Chile.
2008 Centro Cultural Universitario, Universidad Autónoma Benito Juárez, Exposición colectiva “Llévame en un suspiro”. Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.
2008 Casa de las Mujeres Artesanas de las Regiones de Oaxaca, Exposición colectiva “Diálogo entre la materia y el espíritu”. Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.
2004-2006 Babelarte Asociación Civil. Exposiciones “. Día internacional de la mujer”, “La Guadalupana”, Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.
2005 Babelarte Asociación Civil. Exposición Individual “En Tránsito”, serie de pinturas técnicas mixtas, sobre tela, madera y papel. Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.
2002 Exposición colectiva en II Festival de Arte al aire libre de Oaxaca en San Agustín Etla. Oaxaca, Oaxaca. México.
2001 Casa del Lago. Muestra Colectiva de la Escuela de Postgrado, Universidad Nacional Autónoma de México.
1999: Casa de la Cultura, Delegación de Azcapotzalco, Ciudad de México. Colectiva de Artes Visuales “De todo un poco”, día internacional de la mujer.
1998: Centro de Extensión Académica y Cultural de la P.P. Mártires de Tlatelolco. “Huellas Temporo- Espacial.” Imágenes Electrográficas. Santa María La Rivera. México D.F.
1998: Universidad de la Comunicación, Corredor Cultural de la Roma. “Exilio Interior”, colectiva de pintura. México D.F.
1998: Galería I Academia de San Carlos, UNAM. Muestra del Taller de Huecograbado del maestro Marco Antonio Albarrán. México D.F.
1997: Museo Universitario del CHOPO, UNAM. Muestra de alumnos Becados por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. D.F.
1997: Academia de San Carlos UNAM. Final de Siglo, Final de Milenio. Colectiva del concurso con motivo del XIII Festival del Centro Histórico D.F., México.
1995: Palacio de La Alhambra, Sociedad Nacional de Bellas Artes. Décimo Salón de Otoño. Santiago. Chile.
1984: Sala Chile, Museo Nacional de Bellas Artes. Expo Arte de la USACH Santiago. Chile.



BECAS Y RECONOCIMIENTOS

2008 Considerada en la publicación del libro “Oaxaca en Femenino. Cuarenta mujeres en las Artes Visuales”, de Alessandra Galimberti. Coedición Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Oaxaca. México.

2008 Reconocimiento por impartir conferencia “El arte entre México y Chile”, en el Taller de Artes Plásticas “Rufino Tamayo”. Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.

2004 y 2008 Diplomas como reconocimiento a la Excelencia Académica, alcanzada en el ciclo 08-2 y 04-1 en el desempeño como docente en la Licenciatura en Diseño Gráfico, de la Universidad Mesoamericana. ”. Oaxaca de Juárez. Oaxaca. México.

1996 Beca otorgada por el gobierno de México, Secretaría de Relaciones Exteriores, para cursar una Maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos. Universidad Nacional Autónoma de México.

1995 Reconocimiento por apoyar labores en la Educación Extraescolar, otorgado por la Corporación de Desarrollo de la I. Municipalidad de La Reina Santiago. Chile.

Refleja el interés por la memoria, la huella, el transitar, el crear capas, superponer, tapar, borrar desgastar, rasgar, velar y revelar, en un sentido minucioso, hurgando y redescubriendo en la historia íntima.
En lo más reciente de su obra, utiliza técnicas mixtas con el uso de la grana o cochinilla (Dactylopius Coccus) que es un insecto parásito del nopal o tunera, tiene forma de grano rojizo- negro cubierto por un polvo blanco, del cuerpo desecado de la cochinilla hembra se obtiene el ácido carmínico, colorante rojo que al mezclarlo con algunos mordentes, hacen notar sus valores tonales. Tomándola como técnica, invita a dialogar con el material, a experimentar y reflexionar sobre sus propiedades y cualidades tan diferentes a otras, favoreciendo tonos muy luminosos, nítidas transparencias, contrastantes de extraordinaria riqueza tonal y variación compositiva, facilitando un acercamiento al color.

Beatriz Loreto Pineda, artista visual chilena radicada en la ciudad de Oaxaca, por mucho tiempo, expone una serie de obras de mediano formato que técnicamente representan un proceso complejo que involucra una investigación similar a la de un científico matemático o un genetista. La técnica empleada es la electrografía, en principio. Muy someramente, la electrografía, significa literalmente electricidad electrónica. Como técnica artística, surge en los años cincuenta y el término fue acuñado por quienes tomaron la fotocopia como un medio artístico y no como medio de reproducción, que es como la mayoría de nosotros lo conocemos. Es un medio de experimentación en el arte; en el proceso creativo y artístico.
Pero ahora quiero atreverme a hacer una interpretación de estas obras, tan singulares.
En esta serie, la primera idea que surge –o el primer concepto- es el tiempo, un tiempo resquebrajado, el resquebrajamiento de la memoria o, poéticamente, la memoria resquebrajada. Aparenta un juego nostálgico, como cada vez que observamos fotografías “históricas”, pero tan lejanas a nuestra temporalidad. En realidad, creo que Beatriz establece un juego suyo propio, afectuoso y afectivo, con imágenes-memoria; no se trata de fotografías de situaciones actuales, sino de un tiempo, situaciones y circunstancias que ya no están. La presencia es la memoria, ella la hace memoria.
En el proceso técnico bastante elaborado, va procesando estas imágenes, interiorizándolas y en éste se apropia afectivamente. En realidad, en eso consiste en lo que llamo “juego”. Hay un trabajo y un proceso creativo que especialmente en el caso de Beatriz, es pensado, meditado, masticado, saboreado, digerido, tremendamente minucioso e intelectual, pero, al mismo tiempo, tremendamente amoroso, cálido y personal.
El tratamiento de la materia tiene mucho que ver con el resultado que vemos, pero yendo más allá, analizando un poco este proceso, es lo que trae finalmente de vuelta estas imágenes de seres desconocidos vueltos a nacer, vueltos a ser dotados de identidad, pero de una identidad que ya no es ni la original, ni la anónima-histórica, sino que cobran vida cuando Beatriz los hace sus personajes.
Además de la electrografía, imprime sobre superficies variadas, como diversos papeles, elementos orgánicos como la hoja seca que envuelve al maíz –importantes en la imagen del tiempo, de aquél rural- la tela de manta, yute, manta de cielo y –significativamente- una tela con delicados bordados femeninos, casi infantiles; todas éstas previamente tratadas: rasgadas, achicadas, arrugadas, teñidas (algunas con pigmentos naturales, como el extracto de nogal, tan propio del campo chileno); el tiempo no sólo está en el uso de la fotografía –la selección de las imágenes- o en el proceso electrográfico, sino también en el “masaje” que da a las telas, papeles o madera la manipulación, la prueba, la experimentación de ellos, todos sometidos al examen implacable del tiempo y sus resultados, sus efectos en la materia, así como de su ojo agudo, sensible y exigente.
Tonalidades cálidas y terrosas, pero a veces violentos contrastes con violetas –en este caso, interviniendo como un juego plástico-estético-, refuerzan la imagen de ese implacable paso del tiempo, y, claro, la pérdida implícita. Pero simultáneamente, en ese proceso técnico –que inevitablemente aquí es parte del proceso creativo, y están no separados- redescubre y reconstruye, actualiza, trae de regreso, reforzado siempre por su elaborada intervención.
¿Por qué digo que técnicamente es un proceso tan elaborado? El uso de varias técnicas al mismo tiempo simplemente podría aparecer en las fichas como “técnica mixta”. Lo cierto es que además del uso y la manipulación de las superficies de impresión-construcción, se “atraviesan” la fotografía y la fotocopiadora como medio de expresión y experimentación artística -léase bien-, no como un medio de reproducción, pues aquí la electrografía no es una mera reproducción de imágenes. Se vale de ella para transformarlas, recuperarlas, re significarlas en un proceso que bien podría parecerse a un ritual de exorcismo, en el cual se va apropiando de esos seres N.N. Tan es así, que alguna de las figuras femeninas podría ser ella en su niñez o en etapas posteriores de su vida.
Las imágenes difuminadas o esfumadas donde apenas se percibe un gesto de o en la mirada, una silueta que sugiere alguna historia tal vez personal… todos los personajes y las imágenes se vuelven suyos. Se apropia de ellos en este largo proceso. ¿Acaso una recuperación de su memoria personal, histórica? ¿O más bien un rito, una exorcización? ¿Trae de vuelta el tiempo atemporal? Al yuxtaponer las imágenes –que pueden ser de México, de Chile, de Oaxaca…, sus lugares de residencia- crea un espacio propio, alterno al tiempo real y al simple dato histórico.
El hecho de que utilice imágenes –fotografías- de mujeres, niñas y hombres de los tres lugares que he mencionado, implica una apropiación de éstos, sus lugares de residencia en esta tierra. Así como los personajes –ya suyos- pueden ser netamente urbanos, netamente rurales.


DANIELA CUELLAR DIAZ
Lic. Historia del Arte-UIA
Oaxaca, Enero 2009.