Román Manrique De Lara es un artista español contemporáneo cuya vida profesional ha estado profundamente arraigada en el diseño gráfico. Su carrera artística comenzó como dibujante de cómics para la revista humorística El Terror del Savoy, 6, y poco después se especializó en diseño de etiquetas para la industria alimentaria. En la década de 1980, contribuyó a la creatividad detrás de innumerables diseños de portadas de videos durante el auge de los videoclubs. Manrique De Lara también incursionó en el cine, creando storyboards para el guion cinematográfico Tempus Fugit . Más tarde se convirtió en el jefe del departamento de diseño de la agencia de publicidad Publifax , donde trabajó durante doce años. Su carrera literaria también floreció, con su primera novela, Si se acaba el tiempo , publicada en 1998 por la editorial Calíope. A esta le siguieron obras como La pata de oso , La brújula del caos y La hoz afilada de la luna , todas publicadas por la editorial Candil, y Sombras nada más , lanzada digitalmente en Amazon. En sus últimos años, volvió al humor gráfico, creando caricaturas para el semanario Aquí y Ahora durante sus dos años de vigencia. Al retirarse, obtuvo la libertad de expresar plenamente su visión artística, dedicándose a la pintura.
Como artista, Román Manrique De Lara se centra principalmente en el retrato, aunque también disfruta pintando paisajes, objetos y animales que le intrigan por diversas razones, como la composición, el color o el tema. Su enfoque del retrato va más allá de la mera fisonomía; cuando se enfrenta a un lienzo en blanco, se embarca en un viaje introspectivo hacia el rostro del sujeto, en busca del gesto, la mirada o la mueca única que revele su alma. En lugar de centrarse en detalles precisos como el reflejo de una pupila, trabaja con manchas conectadas, lo que permite que formen gradualmente el carácter y transmitan la esencia de la persona. Manrique De Lara cree que cuando captura el alma de una persona a través de sus desenfoques coloridos, ha logrado su objetivo: tener una conexión más profunda con el sujeto, aunque sea solo en espíritu.