Nací en Mérida, Venezuela, mi infancia fue muy bella, siempre acompañado de mis hermanos y familiares .
En mi edad juvenil me encantaba dibujar y pintar guacamayas y arbolitos de navidad.
Fué en edad adulta que conocí a un maestro llamado Moisés Volpiansky; argentino de origen ruso quién me proporcionó el interés por la pintura, pasaba horas hablando la teoría del arte con Moisés.
Fueron muchos años practicando y resolviendo líneas, trazos y expresiones y aún contínuo... porque esto no tiene fin. He trabajado sin pensar en metas, me he dejado llevar por esto: llamado arte; en sus nuevas concepciones más amplias y abiertas a la humanidad.
Me siento tan realizado que no he dejado de trabajar, aún continuo y continuaré mientras la vida me permita esta forma de vivir; forma sencilla, simple, casí sin nada.
Con lo básico despojándome hasta de las cosas que antes tenían algún tipo de valor, soy ahora y hoy, busco el rostro infinito de Dios, en medio de la oscuridad, dónde cada día nazco nuevamente y digo Gracias, Amor de la vida, amar para amar, o amor loco infinitud.