"No tan obvio" (2022) Fotografia da José Antonio Muñoz

"No tan obvio"

Esta fotografía bien podría ser una ventana hacia la vida cotidiana de una familia. La lluvia que cae lo invade todo, representa una suave cortina que envuelve a la pareja de mediana edad, María y Javier, que hablan de sus problemas y reflexiones sobre el futuro de su hijo Fernando. La imagen refleja una sensación de angustia y rendición, pero también una profundidad de pensamiento que se percibe en la expresión corporal de los personajes. Ambos caminan por la acera hablando de algo en lo que están en desacuerdo, mientras la lluvia cae a modo de metáfora de su conflicto interior. Fernando, el hijo de la pareja, es un chico bueno y responsable, pero que vive sumergido en el mundo virtual de los videojuegos. María piensa que todo va bien con su hijo, pero Javier cree que Fernando debería salir más y disfrutar de la vida fuera de ese mundo irreal. Esta diferencia de opiniones genera un conflicto que les durará de lo que nunca pensaron. El padre no comprende la pasión que su hijo siente por los videojuegos, por ese mundo en el que se mueve como pez en el agua, pero aunque no quiere prohibirle algo que le gusta tanto. Un día, Fernando recibe una invitación para unirse a un equipo de creadores de videojuegos profesionales, lo que significaría viajar por el mundo creando y compitiendo. A pesar de las iniciales preocupaciones de sus padres, Fernando decide aceptar la oferta. Fernando está viviendo sus sueños, ha encontrado su propósito en la vida. Sus padres al fin, aceptan y sobre todo comprenden la decisión de Fernando, se sienten orgullosos de él, también aprenden a valorar el mundo virtual y a sus amigos en esa realidad alternativa en su vida. A través de esta ventana, quiero ofrecer un reflejo de la vida misma, de cómo todo cambia, que cada persona tiene sus momentos y de cómo nada es para siempre. Los colores oscuros y melancólicos de la imagen representan el pasado, mientras que los tímidos tonos más claros reflejan la esperanza y la felicidad del futuro. Tras la edición, la imagen me provoca una reflexión sobre mi propia vida y las decisiones que he tomado. Me recuerda momentos no tan lejanos de la vida cotidiana de una familia y su lucha por comprender a su hijo. Personalmente, creo que los videojuegos han evolucionado de ser un simple entretenimiento a una forma de vida para muchos jóvenes. A pesar de las críticas y estereotipos negativos, hay quienes han logrado convertir su pasión en una fuente de ingresos y una carrera profesional de éxito, ya sea a través de la creación de juegos, contenido en línea o en otras áreas relacionadas. En mi opinión, los videojuegos son un arte en sí mismos, y con el tiempo serán reconocidos como tal. Al igual que la fotografía fue inicialmente repudiada por los pintores, los videojuegos enfrentan desafíos similares a la hora de ser reconocidos como una forma legítima de arte. Pero así como la fotografía eventualmente fue aceptada y celebrada por su creatividad e innovación, creo que los videojuegos también lo serán. La capacidad de contar historias, crear mundos inmersivos y permitir a los jugadores tomar decisiones y controlar la narrativa son solo algunos ejemplos de las cualidades artísticas de los videojuegos. A medida que la industria continúa evolucionando y alcanzando nuevos niveles de sofisticación, estoy convencido de que los videojuegos serán valorados y apreciados en la misma medida que cualquier otra forma de arte.

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