Vendedor Jair Ríos
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Obra de arte original (One Of A Kind)
Pintura,
Cera
en Lienzo
- Dimensiones Altura 51,2in, Anchura 31,5in
- Enmarcado Esta obra de arte no está enmarcada.
- Categorías Figurativo Mitología
He aquí la fábula:
Cerca de donde nace el Orinoco vivía el Rey de los caimanes llamado Babá. Su esposa era una rana grandota y juntos, tenían un gran secreto ignorado por los demás animales y los hombres. Estaba guardado en la garganta del caimán Babá. La pareja se metía en una cueva y amenazaban con la pérdi-da de la vida a quien osara entrar, pues decían que dentro había un dios que todo lo devora y sólo ellos, reyes del agua, podían pasar. Un día la perdiz, apurada en hacer su nido, entró distraída en la cueva.
Buscando pajuelas encontró hojas y orugas chamuscadas, como si el fuego del cielo hubiera estado por ahí. Probó las orugas tostadas y le supieron mejor que cuando las comía crudas. Se fue aleteando a ras del suelo para contarle todo a Tucusito, el colibrí de plumas rojas. Al rato llegó el Pájaro Bobo y entre los tres urdieron un plan para averiguar cómo hacían la rana y el caimán para cocer tan ricas orugas. Bobo se escondió dentro de la ca-verna aprovechando su oscuro plumaje. La rana soltó las orugas que traía en la boca al tiempo que Babá abría la suya, que era tremenda, dejando salir unas lenguas rojas y brillantes.
La pareja comía las orugas sin percatarse de Bobo, tras lo cual, se durmie-ron satisfechos. Entonces, Bobo salió corriendo para contarles a sus ami-gos lo que había visto. Al día siguiente se pusieron a maquinar cómo arre-batarle el fuego al caimán sin quemarse ni ser la comida de los reyes del agua. Tendría que ser cuando éste abriera la tarasca para reír. En la tarde, cuando todos los animales estaban bebiendo y charlando junto al río, Bo-bo y la perdiz colorada hicieron piruetas haciendo reír a todos, menos a Babá. Bobo tomó una pelota de barro y la aventó dentro de la boca de la rana, que de la risa pasó al atoro. En el momento que el caimán vio los apuros que pasaba la rana, soltó la carcajada. Tucusito, que observaba desde el aire, se lanzó en picada, robando el fuego con la punta de las alas. Elevándose, rozó las ramas secas de un enorme árbol que ardió de inme-diato.
El Rey caimán exclamó que, si bien se habían robado el fuego, otros lo aprovecharían y los otros animales arderían, pero Babá y la rana vivirían como inmortales donde nace el gran río. Dicho esto, se sumergieron en el agua y desaparecieron para siempre. Las tres aves celebraron el robo del fuego, pero ningún animal supo aprovecharlo. Los hombres que vivían junto al Orinoco se apoderaron de las brasas que ardieron durante muchos días en la sequedad del bosque, aprendieron a cocinar los alimentos y a conversar durante las noches alrededor de las fogatas. Tucusito, el pájaro Bobo y la perdiz colorada se convirtieron en sus animales protectores por haberles regalado el don del fuego.
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JAIR RÍOS nace el 4 de octubre de 1975 en la ciudad de Cartagena-Colombia. En 1985 se traslada a Venezuela, adquiriendo la nacionalidad venezolana, y en 1987 inicia sus estudios académicos de arte.
Sus primeros trabajos son de carácter lineal y de trazos muy desenvueltos, mostrando una fuerte tendencia hacia los temas místicos-religiosos y simbolistas.
Luego fue concentrándose en temas mucho más sencillos y cotidianos, algunos enmarcados dentro de las tradiciones populares, las leyendas y mitologías indígenas, recalcando como centro de atención a la figura humana y la expresividad del color; haciendo mucho más hincapié en los matices, la iluminación, las texturas, la naturalidad y el realismo de la expresión de la figura o modelo que plasma en sus obras, buscando siempre una atmósfera íntima y subjetiva pero muy cercana al espectador.
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Nacionalidad:
VENEZUELA
- Fecha de nacimiento : fecha desconocida
- Dominios artísticos:
- Grupos: Artistas Venezolanos Contemporáneos