Obsessio Nocturna (2024) Arte digital por Francisco Tabakman (Frankly Tired)

Inspirada en el folclore japonés del yokai Rokurokubi y el concepto de obsesión hacia los demás en forma de celos, esta obra de arte profundiza en la misteriosa transformación que ocurre cuando cae la noche. Durante el día, una mujer hermosa y atractiva cautiva a los espectadores, pero a medida que cae la oscuridad, el Rokurokubi sufre una sorprendente metamorfosis. Su cuello se extiende de forma antinatural y se embarca en una caza nocturna. Algunos Rokurokubi siguen sin ser conscientes de su condición, atribuyendo su acecho nocturno a presas humanas a meras pesadillas, mientras que otros son muy conscientes de sus acciones.

Desde una perspectiva psicológica, la transformación representada, caracterizada por el alargamiento del cuello, podría interpretarse como una manifestación sobrenatural de los deseos de una persona. Este fenómeno presenta paralelos con el trastorno obsesivo-compulsivo, donde los individuos experimentan pensamientos intrusivos y compulsiones que afectan su comportamiento y percepción de la realidad. Los deseos intensos y obsesivos del Rokurokubi por la presencia y el control de los demás reflejan una búsqueda desesperada de satisfacción emocional y seguridad, características comunes de los trastornos relacionados con la impulsividad y la necesidad de control.

La falta de conciencia de algunos Rokurokubi sobre su condición podría asociarse con el trastorno de identidad disociativo, donde hay una desconexión significativa entre la identidad personal y los pensamientos, sentimientos y acciones del individuo. En el caso del Rokurokubi, esta desconexión podría manifestarse como una negación de su transformación nocturna, atribuyéndola a meros sueños o a la influencia de fuerzas externas. Esta disociación entre la identidad diurna y nocturna del Rokurokubi ilustra cómo los trastornos mentales pueden distorsionar la percepción de la realidad y generar conflictos internos profundos.

El deseo obsesivo del Rokurokubi por mantener el control y la posesión de los demás también puede estar intrínsecamente vinculado a los celos, una emoción poderosa caracterizada por la preocupación excesiva por la pérdida o la amenaza de pérdida de algo valioso. Los celos pueden desencadenar una serie de respuestas emocionales y comportamentales, desde la paranoia y la ira hasta la manipulación y la violencia. En el caso del Rokurokubi, su metamorfosis nocturna y su obsesión por la presencia del espectador pueden interpretarse como una manifestación extrema de los celos, donde la necesidad de control y posesión se convierte en una obsesión dominante que eclipsa la razón y la empatía.

La representación de la obra de arte profundiza en los aspectos psicológicos relacionados con el trastorno disociativo de identidad y los celos patológicos, ambos reconocidos en el DSM-5. En el contexto del trastorno disociativo de identidad, también conocido como trastorno de personalidad múltiple, se observa una fragmentación de la identidad de la mujer representada en la lámina. Su transformación física durante la noche, donde su cuerpo adquiere una forma deformada y su cuello se alarga de manera antinatural, podría interpretarse como una manifestación visual de esta disociación de la identidad. La mujer parece experimentar cambios extremos en su apariencia y comportamiento, lo que sugiere una desconexión entre diferentes partes de su yo psicológico.

La disociación se caracteriza por una desconexión significativa entre los pensamientos, la identidad, la conciencia y la memoria, y puede ser desencadenada por traumas pasados o situaciones estresantes. En el caso de la mujer en la lámina, su transformación durante la noche podría interpretarse como una forma de autoprotección psicológica contra experiencias dolorosas o conflictos internos. La disociación le permite escapar temporalmente de la realidad o de emociones abrumadoras, adoptando una identidad alterna que puede ser más tolerable o menos amenazante.

Además, los celos patológicos representados en la obra sugieren una intensa obsesión y posesividad hacia los demás, que puede estar asociada con trastornos de la personalidad como el trastorno de personalidad por evitación o el trastorno de personalidad por dependencia. Los celos patológicos se caracterizan por pensamientos irracionales de infidelidad o traición por parte de la pareja, lo que puede conducir a comportamientos controladores, invasivos o violentos.

En la lámina, la mujer muestra una sonrisa alegre mientras mira al espectador, lo que sugiere un deseo de controlar su presencia y evitar que se vaya. Esta actitud posesiva y controladora puede reflejar una profunda inseguridad y temor al abandono, características comunes en personas con celos patológicos. La transformación física de la mujer durante la noche y su deseo de mantener al espectador cerca pueden interpretarse como intentos desesperados de mantener un sentido de conexión y seguridad emocional.

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