Angie Rossel

La obra de Pepe Moreno siempre ha reflejado aspectos de vida citadinos, donde se reconocen formas y texturas inspiradas en el diario vivir del entorno urbano, su trabajo plástico nos invita a recorrer lugares ocultos, sombríos, desata el caos social de la gran metrópolis, aquel caos en que el hombre está inmerso. Aquel caos en el que también vive, trabaja y se desenvuelve este artista.
En su primera etapa inicial como pintor autodidacta, este artista utiliza un trazado pulcro y depurado, con formas y colores finamente acabados, en este periodo la obra otorga cierta calma que permite respirar al que la contempla. Después de experimentar una pintura con toques más academicistas - lo que de algún modo permite al artista desarrollar más la técnica pictórica - comienza a desarrollar una obra gradualmente más agresiva relacionada directamente con el sentir propio y con un encuentro íntimo y característico.
Pepe Moreno entra a estudiar Licenciatura en Artes Visuales en la UMCE, en el año 2000, tres años más tarde, producto de un accidente que imposibilita su mano derecha por meses, el artista comienza a trabajar con la mano izquierda, como respuesta a una necesidad vital de seguir manifestándose por medio de la pintura. Probamente es en este periodo donde se agudiza una factura más expresionista, denotando un trazo más nervioso y apresurado, dando cuenta de un lenguaje más desenfrenado de acuerdo a las vivencias personales del pintor.
Dentro de la primera etapa mencionada, ilustra la portada del libro de poesía “Una para los malos” de Elías Romero Don Satula , 2000. Aquí emerge un vínculo con la poesía, intentando representar frases a través de la plástica. Lo que más tarde se concretaría en la Exposición “PxP”, donde la poesía juega a la par con las imágenes. Cada poesía se refleja como un espejo en cada pintura, con lo que el espectador podrá hacer una lectura de la poesía en la que se inspiraron las imágenes que se plasman en cada trabajo. Años más tarde, retomando su apego a la poesía, ilustra la portada del libro “Con la ayuda de mis amigos”, una antología de poesías y cuentos , la obra “La gota que rebasó el vaso” realizada en el año 2006.

A partir de los tres últimos años el trabajo de Pepe Moreno adquiere mayor fuerza expresiva, se retrata el movimiento, la vigorosidad y rapidez de los trazos que componen cada una de sus obras, manifiestan el acontecer de un lapso en la ciudad, desorden y locura que desencadenan un recorrido autobiográfico, se hacen presentes en la memoria personal del transeúnte que habita en este entorno, recuerdos que se hacen patente a través de formas que emergen desde el tiempo y el espacio. Formas justificadas o a veces azarosas que emergen de la expresión de un existir habitual, formas que comunican enmarcadas en duros trazados negros que dramatizan las vivencias plasmadas por el artista. Líneas, surcos y trazos acelerados y urgentes que se traducen en una expresión primitiva, evocando un pasar individual y personal.
De cada tela surgen elementos compositivos que resaltan sensaciones de ahogo y estrechez, números, letras, palabras y frases actúan como un peso visual de la obra, integran planos e indican direcciones que se complementan con los elementos formales, sin embrago, los grafismos que penetran en medio de las formas a su vez actúan de manera consecuente con el contenido de la obra.
El color invade cada espacio, tal como irrumpe la masa humana en los suburbios de la capital, un color violento, lleno de fuerza, explícito, potente que desata furia y velocidad.
La obra de este artista sensibiliza de manera vivaz, introduciéndonos en diversas nociones de temporales y espaciales reales e irreales.

Angie Rossel
Licenciada en Artes Visuales
Mates 16, enero de 20
Diario La Nacion

Sensual exposición colectiva en el Centro Cultural de La Reina
Osados artistas exploran los placeres del erotismo grupal
Rodrigo Castillo
Jueves 29 de Julio de 2004




Una sugerente escena urbana pintada por Patricia Valle, y abajo una instantánea de Francisca Roura.

Fragmentos del cuerpo de una modelo, retratos de atractivas celebridades y fogosas parejas vistas a través de ventanas figuran entre las composiciones incluidas en la muestra “Erotísimo 2004”.





El erotismo resulta agradable al vivirlo en pareja, pero algunos creen que puede ser aun más interesante si se experimenta entre cuatro personas. Con esa idea en mente, un cuarteto de esforzados artistas ha reunido sus trabajos -fotografías, óleos y técnicas mixtas- en la muestra "Erotísimo 2004", que será inaugurada el próximo miércoles en el Centro Cultural de La Reina (Santa Rita 1153).

Integrada por obras de Gonzalo Orellana, Patricia Valle, José Moreno y Francisca Roura, la exposición ofrece diversas aproximaciones al tema. De esa forma, el conjunto incluye imágenes distorsionadas en las que los cuerpos humanos aparecen rodeados por la oscuridad, retratos de bellas heroínas de la pantalla grande y candentes escenas urbanas protagonizadas por desinhibidos ciudadanos y ciudadanas.

Los espectadores que deseen apreciar en detalle la armonía del cuerpo femenino pueden acercarse a las instantáneas de Francisca Roura, quien ofrece ocho estampas -captadas en blanco y negro y copiadas en formato de 20 por 25 centímetros- en las que se reproducen fragmentos de la anatomía de una anónima modelo.

"En mis trabajos me interesa mostrar extractos de desnudos, y supongo que la desnudez puede resultar sensual para algunos y erótica para otros, pero la verdad es que yo no pretendía crear imágenes eróticas cuando hice las tomas", confiesa la autora.

La sensualidad también forma parte de la propuesta de Gonzalo Orellana, quien aporta seis óleos pintados a partir de fotografías aparecidas en la prensa. Dotado de buen gusto, el artista trabajó con láminas en las que, entre otras beldades desnudas y vestidas, es posible reconocer a la exuberante actriz italiana Monica Bellucci.

Más alejadas de la belleza convencional resultan las seis pinturas que exhibe José Moreno, quien, cultor de una estética sucia y ruda, ofrece una serie de escenas oscuras protagonizadas por personajes como un tipo solitario y desnudo, una escultural dama desprovista de ropas y una pareja en pleno baile.

La pintora Patricia Valle, por su parte, les da tanta importancia a los encuentros amatorios como a los escenarios en que éstos se desarrollan: la mujer aporta una evocadora viñeta ambientada en una micro y cinco retratos de edificios en los que, a través de las ventanas abiertas, es posible espiar a los fogosos inquilinos. "Los visillos permiten ver a personas solas y parejas a medio desvestir, lo que me parece más sensual que si las mostrara completamente desnudas", opina la expositora.

GALERIA VIRTUAL DE ARTE VANGUARDISTA, SALE CHILEAN ART