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Lagloria

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Defensa de los espacios íntimos

Gloria Polo. “La divina edad de la fantasía”.

No hizo falta sombra, ni grande ni pequeña, en la ciudad de Corrientes el fin de semana pasado, cuando se inauguró La Gran Sombra . Todo –también los algarrobos que inspiran el título del proyecto– quedó envuelto en un frío y una llovizna incesante. Hubiera sido lindo recorrer los espacios donde se exponen las 13 obras seleccionadas de las 40 enviadas por artistas contemporáneos de Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones, añorando algo de esa frescura reparadora, bajo el sol y los 40 grados que –aseguran– reinaron hasta el día anterior. Pero esta vez el calor lo pusieron los artistas y los anfitriones.

Con curaduría de Matilde Marín y Beatriz Moreiro y La siesta como eje temático, esta segunda edición de La Gran Sombra exhibe las instalaciones seleccionadas en varios puntos de la ciudad: el Museo de Artesanías, el de Ciencias Naturales, el Centro Cultural Universitario, el Teatro Vera, Casa Martínez, el Instituto Cultural y el Museo Provincial de Bellas Artes. Lo cual pone en evidencia que en la ciudad no hay un museo de arte contemporáneo. Esa falta empieza a ser encarada: un jurado seleccionó cinco obras que fueron adquiridas y son las primeras de la colección de un futuro museo de arte contemporáneo que alguna vez dejará de ser un sueño y abrirá en algún lugar de la ciudad.

Esas cinco obras son “Una siesta en el Iberá”, de José Mizdraji, una suerte de columna colgante de almohadillas con imágenes de pájaros, producto de un relevamiento del artista en los esteros; “Todo duerme”, de la chaqueña Fabiana Larrea –que acaba de exponer en la muestra Frágil en la Fundación Klemm–, uno de sus delicados tejidos aéreos que parecen telarañas irregulares; “Un cuento en guaraní”, de Sergio Falcón, instalación y performance con un relato en español y guaraní, protagonizado por un yacaré que pierde la cola al atravesar el río en busca de su amada; “Conversaciones”, de Gustavo Mendoza, esculturas de árboles metidos en confesionarios que invitan a dialogar sobre lo que no se ha querido decir o no se ha querido escuchar; y “La divina edad de la fantasía”, de la formoseña Gloria Polo, una construcción que puede recordar a los “árboles de la vida” de México y que se sostiene en el aire a fuerza de costura de muñecos de trapo, requechos de telas y encajes, almohadillas, alfileres, brillantes piedras falsas... Un universo mitológico infantil que evoca los juegos silenciosos en las horas de la siesta en que duermen sólo los adultos.

Aun con soportes y lenguajes muy diferentes, las trece obras expuestas comparten el apego a ciertos rasgos culturales del litoral y a maneras propias de vincularse con los otros, con la naturaleza y con el paisaje. Casi se diría que defienden espacios de intimidad cada vez más escasos en el mundo contemporáneo. Cómo no percibir esa manera de vincularse con la realidad en la instalación de Duvfa Nielsen “Ka’aru, entre sandías y chicharras”: en el patio trasero del Museo de Bellas Artes, tres catres invitan al sueño arrullado por un atronador sonido de chicharras, una música monocorde grabada por el artista a diez kilómetros de la ciudad, de una intensidad y un volumen que no parecen terrestres. La misma intimidad sugiere “Respiro”, de Juan Sorrentino con recursos muy diferentes: apenas un rítmico sonido electrónico y una luz que se prende y se apaga, apenas desfasada. Igual que “La gran cimbra”, una especie de bello monumento a la trampa para pajaritos hecha con troncos y alambre. O “Asaje Itaju, una siesta digital”, de Delfina Andino, que convierte la intimidad de un paisaje ribereño en dormitorio, o viceversa. La misma calidez palpita en “Barrio barrio”, de Walter Tura, “Modelo energético”, de Horacio Silvestri, “Perú 124”, de Laura Seniquel; “De los espacios otros”, de Sofía Victoria Díaz; “Espora de Monte”, de Cecilia Lis García, y “La cabina”, de Paula Bakun, María Julia Rossetti y Juan José Zaponi. Igual que en la performance del colectivo Chaqueño y Contemporáneo, que hizo correr de mano en mano mate, tereré y tortas fritas.

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