Veronica Rabell Doussot

Verónica Rabell Doussot's paintings have been exhibited in solo and group exhibitions in different countries, including France, Italy, Hungary, Mexico, and Cyprus. In addition, her work is in public and corporate collections, including those of the Christian Orthodox Church Museum in Larnaca, Cyprus; Aurea Gems and Jewelry Corporation in Milan, Italy; Wittney de México Corporation and the Club de Banqueros de México in Mexico City.
Rabell Doussot was born in Mexico City, in 1976. She is an attorney at law and a fine artist. She received a B.F.A from L’Ecole de Beaux-Arts PAA in Paris, France. She specialized engraving techniques in L’Atelier 63 in Paris; such as trompe-l'oeil, oil paiting, and watercolor techniques in Les Ateliers du Carrousel ( Les Arts Décoratifs, Paris ). Moreover, she participated in several workshops including those of psychoanalysis of art, art therapy, plastic expression, and visual communication in La Scuola di Arti Novack in Venice, Italy.


Verónica Rabell Doussot ha presentado su obra pictórica a través de exposiciones individuales y colectivas en diversos países como Francia, Italia, Hungría, México y Chipre. Asimismo su obra se encuentra en distintas colecciones públicas y corporativas como El Museo de la Iglesia Cristiana Ortodoxa en Lárnaca, Chipre; Aurea Gems and Jewelry Corporation en Milán, Italia; Wittney de México, S.A. de C.V. y el Club de Banqueros de México en México D. F., entre otras.
Rabell Doussot nace en la ciudad de México, en 1976. Ella es licenciada en derecho y artista plástica. Estudia bellas artes en L’Ecole de Beaux-Arts PAA de Paris, Francia. Se especializa en técnicas de grabado en L’Atelier 63 en Paris; del mismo modo en las técnicas de trompe-l’œil, pintura al óleo y acuarela en Les Ateliers du Carrousel ( Les Arts Décoratifs, Paris ). Además participa en diversos talleres de psicoanálisis del arte, arte terapia, expresión plástica y comunicación visual en La Scuola di Arti Novack en Venecia Italia.

Her work is characterized by the recurrent subject of becoming aware of the Being. Through her painting she tries to wake up a dimension frequently neglected, the symbolic imagery. For this, the artist maintains that everything is symbol and therefore carrier of knowledge; where we normally perceive only the surface. She trusts that the symbol has a volume; a thickness full of sense that helps to reveal the possible directions in an inner search; suggesting, but not imposing. Leaning in her firm conviction that symbolic value is updated differently in each one of us, Rabell Doussot excludes in the appreciation of her work the attitude of simple spectator and demands an active participation. Where attitudes and subjective perceptions call towards a sensible experience and not to a conceptualism. The symbol is part of the message which is facilitated in a didactic way by the artist, through narrations shaped by means of the image in each one of her compositions. The peculiarity of her work plagued of metaphors, parabolas, stories and symbols is to continue indefinitely suggestive: each one sees on it what his psychic potential allows him to perceive. This surpasses the pure measures of reason without falling in the absurd one. It does not appear like the mature fruit of a logical conclusion, but it shares a certain vision of the world leaving place for the intuition.


Su obra se caracteriza por el tema recurrente de la toma de conciencia del Ser. A través de su pintura procura despertar una dimensión frecuentemente descuidada, la del imaginario simbólico. Para esto, la artista sostiene que todo es símbolo y por tanto portador de conocimiento; donde nosotros percibimos normalmente solo la superficie. Ella confía en que el símbolo posee un volumen; un espesor revestido de sentido que ayuda a develar las direcciones posibles en una búsqueda interior; sugiriendo, más no imponiendo. Apoyándose en su firme convicción de que el valor simbólico se actualiza diferentemente en cada uno, Rabell Doussot excluye en la apreciación de su trabajo la actitud de simple espectador y exige una participación activa. Donde actitudes y percepciones subjetivas llaman hacia una experiencia sensible y no a un conceptualismo. El símbolo forma parte del mensaje que es facilitado de manera didáctica, por la artista a través de narraciones plasmadas por medio de la imagen en cada una de sus composiciones. La peculiaridad de su obra plagada de metáforas, parábolas, relatos y símbolos es de continuar indefinidamente sugestiva: cada uno ve en ella aquello que su potencial psíquico le permita percibir. Esta supera las medidas puras de la razón sin caer en el absurdo. No aparece como el fruto maduro de una conclusión lógica, sino que comparte una cierta visión del mundo dejando cabida a la intuición.