Tres Cruces (2023) Fotografie door José Antonio Muñoz

TRES CRUCES

ISABEL

Año 1706, Isabel fue una joven campesina que provenía de una familia humilde, siempre había sido la menos valorada de entre toda la familia debido a que sus otros dos hermanos eran varones. A pesar de ser la más trabajadora, su padre creía que las mujeres no debían heredar propiedad alguna, desde muy joven había sido educado en las doctrinas que proclaman que la mujer es un ser inferior, de ningún modo comparable a la figura de un hombre, bien sea por fuerza, intelecto o por mandato divino procedente de escrituras antiguas. Al fallecer su padre, se percató de que todos los bienes quedaron en manos de su hermano mayor, quien se ocupa de sus otros dos hermanos y se olvida de ella. Isabel no recibirá nada, cuando falleció. Las envidias y recelos provocados por el buen trabajo que realizaba Isabel durante todos esos años, hicieron que se le apartase de la familia. Fue abandonada y expulsada del hogar, lo cual motivó a Isabel a buscar justicia y defender sus derechos, pero solo encontró desprecio. Las historias que contaban sus hermanos de ella, aunque falsas, calaban rápidamente en las mentes de todo el pueblo. Isabel acabó malviviendo entre barro, frío e inmundicia, comía gracias a la cantidad miserable que sacaba vendiendo sus pocas pertenencias y poco después su cuerpo. Murió muy joven, con apenas veintiséis años. Imaginamos que ha pasado a una vida mejor, no habitada por seres celestiales sino por personas de justicia, si es así Isabel encontró lo que mereció durante tanto tiempo.

PILAR

Era el cinco de mayo de 1956 y Pilar, una joven universitaria dotada de inteligencia, amabilidad y belleza, se ve obligada a abandonar sus estudios a pesar de tenerlos muy avanzados. El tradicionalismo y los dogmas religiosos la obligan a casarse y convertirse en ama de casa y madre, dejando atrás sus sueños y metas. Pilar luchará por sus ideas, por su independencia y seguirá persiguiendo sus sueños, a pesar de enfrentarse a una sociedad que no la apoya. Hoy es el quinto día de mayo de 1966, el tiempo ha cortocircuitado a Pilar que acaba por rendirse, pierde su identidad. La melancolía la invadió hace algunos años y ahora vive en un centro para discapacitados psíquicos, un lugar peligroso en estos tiempos. Ahora, olvidada por el mundo, Pilar se desvanece, muere en un trágico accidente a manos de otro paciente sin motivo alguno. Su espíritu se pierde en el tiempo, ya nadie la recuerda. Tenía tanto que dar, que el mundo no estaba preparado para recibir esa inmensa cantidad de talento y bondad. A día de hoy minúsculas partes de su espíritu habitan en otras Martas que siguen viniendo a un mundo que quizás las vea triunfar y vivir una vida más justa.

CARLA

Carla, quiere causar buena impresión, se dirige a un gran centro comercial donde se ofrecen multitud de servicios, entre ellos, los de mecánica del automóvil en el subsuelo que hace también de parking. Tiene veintitrés años, llevaba año y medio en paro, pero la semana pasada recibió una llamada del taller del centro comercial que por fin le brindaría la oportunidad de demostrar su habilidad magistral con el motor de un coche, sabe que tras la entrevista quedarán asombrados por el trabajo que puede desarrollar. También hay un chico al que han citado para lo mismo, hay dos puestos de trabajo disponibles en el taller. La entrevista ha terminado, la persona encargada de hacer las preguntas pertinentes es una mujer especializada en contabilidad. Les ha entregado un contrato a cada uno de ellos, Carla sonríe a su nuevo compañero al salir por la puerta. De repente, el mono nuevo que había comprado y que llevaba bajo el brazo cae al suelo. Carla no puede creer lo que está leyendo, su contrato es de personal de limpieza, se lo muestra al que iba a ser su compañero de tareas y este le dice: "Lo siento, así es la vida, podría ser peor, ahora al menos tienes trabajo..." Carla se va, aguantando las lágrimas que luchan desesperadamente por aparecer en su rostro, las tareas de limpieza le parecen un trabajo honrado y más que digno, es consciente de que puede llevarlo a cabo sin problemas, es muy capaz con su actitud siempre positiva y su dedicación desarrollar ese trabajo e incluso ir poco a poco, ganarse el respeto y la admiración de sus compañeros de trabajo y jefes, y finalmente, recibiría la oportunidad que tanto había deseado. Le ofrecerán un puesto en el taller de mecánica del automóvil. Se convertirá en una de las mejores mecánicas del taller, será un modelo a seguir para las mujeres que luchan por superar las barreras en el mundo laboral. Años más tarde, cuando mirase atrás en su vida, recordaría esa primera prueba de paciencia y perseverancia, y se daría cuenta de que había valido la pena.
Pero no, ella merecía el puesto desde el primer momento, no se rendirá y perseverará en su búsqueda, que tarde o temprano dará sus resultados, el patriarcado no impedirá que consiga lo que merece, aunque el precio a pagar sea más alto que el de sus compañeros masculinos.



Tres mujeres, cada una de ellas representando diferentes épocas y luchas contra la discriminación de género. Junto a ellas, tres cruces de madera, símbolos de las barreras que tuvieron que enfrentar. Una campesina, despreciada y marginada por su género, pero cuya lucha pionera pavimentó el camino para las mujeres de hoy en día. Una estudiante universitaria, quien fue obligada a abandonar sus estudios debido a la opresión patriarcal, pero cuyo coraje y determinación inspiraron a muchas mujeres a romper barreras aunque en ello le fuese la vida. Y una mujer actual, víctima de la discriminación laboral, una injusticia que sigue siendo una realidad para muchas mujeres hoy en día. Estas mujeres y las tres barreras que las acompañan, forman parte de una memoria que reclama que aún queda mucho por hacer en la lucha por la igualdad de género. Debemos seguir trabajando para lograr una sociedad más justa e igualitaria para todas las mujeres y recordar el legado de estas valientes mujeres que nunca se dieron por vencidas.

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