El esquivo artista callejero británico Banksy ha vuelto a cautivar al público con dos nuevas obras de arte que aparecieron en las paredes del suroeste de Londres con un día de diferencia. Reconocido por su incisivo comentario político, las últimas piezas de Banksy han encendido una especulación y un debate generalizados, especialmente en el contexto de los recientes disturbios de extrema derecha en el Reino Unido. La primera pieza, ubicada en Kew Bridge, Richmond, presenta una cabra montés tambaleándose en una cornisa con rocas cayendo debajo de ella, observada por una cámara de vigilancia. La segunda obra de arte en Chelsea muestra a dos elefantes inclinados desde ventanas bloqueadas, con sus trompas extendidas en un gesto aparentemente amistoso. Ejecutadas en el estilo de esténcil negro característico de Banksy y autentificadas a través de su Instagram, estas piezas han inspirado varias interpretaciones. La cabra montés ha sido vista como un símbolo de "la raza humana en el precipicio" y "toda la naturaleza en peligro", y algunos la vinculan con la gacela de montaña palestina en peligro de extinción y el estado frágil de la sociedad del Reino Unido en medio de los recientes disturbios. La pose de los elefantes se ha interpretado como un símbolo de conexión y un reflejo de la desconexión social, y algunos la han visto como una metáfora de "ignorar al 'elefante en la habitación'". La historia de arte provocador de Banksy, que incluye acrobacias en el festival de Glastonbury y la financiación de un barco de rescate de refugiados, continúa con estas nuevas obras, instando a los espectadores a reflexionar sobre cuestiones sociales. A principios de marzo, su mural de un árbol en el norte de Londres fue vandalizado, lo que llevó al propietario del edificio a encerrarlo en una barrera protectora, enfatizando aún más el impacto duradero y la relevancia del arte de Banksy.