En un avance legal significativo, la Corte Suprema del Estado de Nueva York emitió un fallo que exige a la famosa casa de subastas Sotheby's revelar la identidad del consignatario y comprador de una pintura del estimado artista Giovanni Battista Tiepolo, una pieza adquirida en 2019. La solicitud legal surge de la afirmación de que la obra de arte podría estar involucrada en un reclamo de restitución.
El centro de esta tormenta legal es el cuadro “San Francisco de Pablo sosteniendo un rosario, un libro y un báculo”, que se enreda en una tragedia histórica y personal. La obra es reclamada por los descendientes de Otto Fröhlich, un marchante de arte judío obligado a huir de Austria en 1938 en busca de refugio de los horrores del régimen nazi. Estos herederos afirman que la pintura se perdió en medio de la agitación del Holocausto e insisten en revelar las identidades del comprador y vendedor involucrados en la transacción de 2019 para avanzar en su reclamo de restitución.
Este caso es notable por su rareza en los anales del arte y la historia del derecho. Generalmente, los tribunales pueden exigir la divulgación de la identidad del comprador o vendedor en tales disputas. Sin embargo, la directiva de revelar ambas partes es poco común y sienta un precedente importante, según los expertos del mercado del arte entrevistados por The Times. Geri S. Krauss, el abogado que representa a los herederos de Fröhlich, subrayó el carácter revolucionario del caso y enfatizó que las casas de subastas ya no pueden esconderse detrás de políticas de confidencialidad para negar los derechos legítimos de los herederos sobre las obras de arte saqueadas.
Giovanni Battista Tiepolo, San Francisco de Paula sosteniendo un rosario, un libro y un bastón, crédito: Sotheby's vía Wikipedia
En medio de la polémica, Sotheby's retiró la venta del cuadro en disputa e inició negociaciones con los demandantes. La casa de subastas se encuentra en una situación delicada, entre la familia Fröhlich y los herederos de otra propietaria anterior, Adele Fischel. Sotheby's se ha comprometido públicamente a encontrar una solución amistosa que satisfaga a todas las partes involucradas en la disputa sobre la obra de arte histórica.
El fallo legal, escrito por la jueza Arlene P. Bluth, golpea el corazón de una larga tradición de confidencialidad dentro de la industria de las subastas. La medida podría provocar cambios significativos en la forma en que las casas de subastas gestionan la privacidad de sus clientes. Sotheby's ha defendido sus prácticas de privacidad, argumentando, a través de una declaración jurada de Lucian Simmons, su jefe global de restitución, que la confidencialidad del cliente es una política profundamente arraigada. Sin embargo, Simmons admitió que revelar información de los clientes sin permiso expreso iba más allá de sus prácticas actuales.
La jueza Bluth, en su decisión, señaló que Sotheby's no había proporcionado suficientes fundamentos legales ni pruebas documentales para justificar la no divulgación de los nombres involucrados en la transacción de arte. Reconoció la política general de confidencialidad de la casa de subastas, pero aclaró que tal posición, por sí sola, no es razón suficiente como razón legítima para ocultar información necesaria para la reclamación de restitución presentada por los descendientes de Fröhlich.