En el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella de este año, que comienza hoy, una obra de arte arquitectónica titulada "Monarchs: A House in Six Parts" podría robarse el espectáculo, eclipsando incluso a los mejores artistas musicales como Lana Del Rey y Doja Cat. Ubicada en el centro del Empire Polo Club en Indio, California, esta imponente instalación, diseñada por Leslie Lok y Sasa Zivkovic de HANNAH, se eleva a una altura de 72 pies. Lok y Zivkovic, ambos profesores asistentes en la Facultad de Arquitectura, Arte y Planificación de Cornell, presentan su innovadora creación que consta de seis torres, cada una con una sólida base de hormigón impresa en 3D que sostiene una parte superior de madera contrachapada con forma robótica, configurada en una disposición circular que recuerda a una Stonehenge moderno.
La escala y complejidad de “Monarchs” supera los esfuerzos anteriores de HANNAH, integrando arquitectura sustentable y métodos de construcción de vanguardia en su investigación en curso. Zivkovic, que dirige el Laboratorio de Construcción Robótica, ve en Coachella una oportunidad crucial para ampliar sus conceptos de diseño experimental. El festival, que atrae aproximadamente a 125.000 asistentes diarios, ofrece una amplia audiencia en esta intersección de arte e innovación arquitectónica.
El concepto de las “Monarcas” nació de una extensa lluvia de ideas dirigida por Lok y Zivkovic a principios de 2023, con el objetivo de combinar la visión artística y la investigación para ampliar los límites de lo que la arquitectura puede lograr en términos de diseño y función. Imaginaron una estructura que no sólo serviría como instalación temporal, sino que también tendría el potencial de convertirse en un hogar permanente, utilizando los mismos materiales de construcción.
Su proceso creativo incluyó un diseño modular con secciones de concreto diseñadas para facilitar el transporte. Estas bases sostienen estructuras altas de madera que se abren en abanico para formar coronas intrincadas y livianas, creando espacios sombreados que brindan alivio del sol del desierto. Cada base proporciona asiento y refugio, contribuyendo con elementos funcionales a la instalación visualmente impactante.
Como preparación, Lok y Zivkovic visitaron el sitio para asimilar sus características únicas, que influyeron significativamente en el diseño de la instalación. Los tonos locales de azul del desierto y rosa al atardecer se reflejan en la instalación, lo que se suma a la experiencia inmersiva que buscaban crear. El proyecto dio como resultado una serie de prototipos, perfeccionados mediante experimentación práctica con materiales y técnicas de ensamblaje, que llevaron al ensamblaje final en el sitio en las semanas previas al festival.