En un desconcertante giro de los acontecimientos, seis valiosas pinturas robadas del ayuntamiento de Medemblik en Holanda han reaparecido misteriosamente, entregadas en la puerta de un detective de arte con sede en Ámsterdam. La peculiar entrega llegó sin remitente, dejando perplejos al destinatario y a las autoridades.
El destinatario en cuestión es Arthur Brand, una figura reconocida en el mundo del arte que se ha hecho conocido por su reciente participación en la recuperación de un cuadro robado de Van Gogh y, antes de eso, una obra maestra de Picasso. Una tranquila tarde de viernes, mientras Brand estaba absorto viendo la televisión en su casa de Ámsterdam, de repente sonó el timbre. Para su sorpresa, un repartidor, ajeno al robo original, le entregó un paquete que contenía seis cuadros históricos, con un valor colectivo estimado en más de 100.000 euros (aproximadamente 106.000 dólares). Al darse cuenta de la importancia de esta entrega inesperada, Brand rápidamente se comunicó con la policía para informar este descubrimiento inusual.
Brand, reflexionando sobre la situación, comentó: “Creo que fue una consecuencia directa de la recuperación del cuadro de Van Gogh, 'El jardín parroquial de Nuenen en primavera', el mes pasado. Este incidente atrajo la atención internacional y uno de los principales factores que llevaron a la devolución de Van Gogh fue la incapacidad de los ladrones de monetizarlo, ya sea vendiéndolo o recibiendo una sentencia reducida.
Además especuló: “Es muy probable que los culpables del robo de Medemblik se pusieran ansiosos, tal vez sintiendo que las fuerzas del orden se estaban acercando a ellos. Se enfrentaron a un dilema: destruir el arte robado, una medida arriesgada que podría resultar en sentencias de prisión más largas si lo descubren más tarde, u optar por una estrategia diferente, como dejarlo en mi puerta.
Las pinturas recuperadas de esta misteriosa entrega incluían un retrato muy apreciado del rey Radboud, una figura medieval temprana que gobernó Frisia, una región que abarca el noroeste de Europa moderno, incluidos los Países Bajos. Además, la colección incluía retratos de la realeza holandesa, incluidos el príncipe Guillermo de Orange, Mauricio de Orange, el conde Jan van Nassau y la reina Guillermina, así como una escena bíblica.
Jeroen Broeders, teniente de alcalde de Medemblik, expresó su sentir en un comunicado de prensa: “A veces, el verdadero valor de algo sólo se hace evidente cuando ya no está en nuestro poder. Este sentimiento ciertamente se aplica a estas pinturas, que contienen un inmenso significado cultural e histórico.
El repentino regreso de estas obras de arte robadas sigue planteando interrogantes, dejando a investigadores y amantes del arte intrigados por el misterio que rodea su desaparición y luego reaparición.