El 3 de septiembre, una fuerte tormenta azotó Roma, causando daños importantes al Arco de Constantino e inundando los túneles inferiores del Coliseo. El rayo desprendió fragmentos del monumento del siglo IV, mientras que las fuertes lluvias obligaron al cierre temporal del Coliseo, según CNN. El Parque Arqueológico del Coliseo respondió rápidamente, con los conservadores evaluando el daño y asegurando las piezas de mármol caídas, que se integraron en los esfuerzos de restauración en curso en el lado sur del arco. Los trabajadores utilizaron una grúa para retirar las losas rotas del monumento, construido originalmente para conmemorar la victoria del emperador Constantino en la Batalla del Puente Milvio en el año 312 d. C. El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, describió la tormenta como una "increíble bomba de agua", con más de 60 milímetros de lluvia registrada. Las autoridades municipales y ambientales están realizando más evaluaciones de daños.