El artículo detalla la inesperada demolición de Darb 1718, un importante centro de arte en El Cairo, que ocurrió el 6 de enero. El evento es parte del vasto proyecto de reurbanización urbana de Egipto bajo la administración del presidente Abdel Fattah al-Sisi. El objetivo del proyecto es modernizar la densamente poblada ciudad de El Cairo y establecer una nueva capital de 59 mil millones de dólares al borde del desierto. Esta enorme reforma urbana implicó la construcción de más de 4.000 millas de carreteras y 900 puentes y túneles.
Darb 1718, conocido por ser un centro de artistas y artesanos, fue demolido sin notificación previa ni compensación económica, lo que provocó indignación y tristeza entre la comunidad artística. El centro, un hito histórico en El Cairo, ha sido un espacio vibrante para actividades culturales como exposiciones, conciertos y talleres durante 16 años. Fue nombrado en memoria de los “disturbios del pan” de 1977 en Egipto.
La demolición es parte de una tendencia preocupante en la que los esfuerzos de reurbanización han resultado en la desaparición de barrios enteros y sitios históricos. Esto ha generado importantes preocupaciones sobre la preservación del rico patrimonio cultural de El Cairo y el desplazamiento forzado de sus residentes. En agosto, el gobierno comenzó a demoler edificios en el antiguo barrio de Fustat, conocido por ser el hogar de muchos de los artesanos tradicionales de El Cairo.
Moataz Nasreldin, fundador de Darb 1718, hablando en un popular programa de televisión egipcio presentado por Lamis Elhadidy, destacó la pérdida cultural. Mencionó que obras de arte de 150 artistas internacionales, valoradas en millones, fueron destruidas. El incidente incluso provocó críticas inusuales por parte de figuras como Elhadidy, que en general apoya al gobierno. Criticó conmovedoramente el desprecio del régimen por la identidad histórica y cultural de El Cairo, lamentando la transformación de la ciudad en un paisaje dominado por carreteras, asfalto y puentes.