Ángeles Peláez Talasac
NOTICIA CATALANA
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Número 72 - II Epoca, Enero - Febrero 1998
ANGELES PELAEZ: LA SENSIBILIDAD HECHA ARTE
Hay personas con una capacidad especial, yo diría que un don, para poder plasmar sus sentimientos sobre el lienzo. El resto de los mortales nos tenemos que conformar con sentir envidia sana mientras admiramos los sentimientos de otro, pulcramente colocados en el interior de un marco.
Esto es lo que me ocurre a mí ante la obra de Angeles Peláez. Una artista que maneja con elegancia el ámbito del plástico, creando ambientes reales filtrados por el prisma de su enorme sensibilidad.
El contenido de sus obras, sencillo, cotidiano, diario, la sencillez de sus bodegones, los cambio cromáticos en una continuidad tan suave como delicada, sumen la mente del observador en un mundo bucólico, poético, donde realmente solo mandan los sentimientos.
Cada cosa está colocada en su sitio, y cada sitio parece concebido para albergar esa determinada cosa. Así, Angeles consigue composiciones equilibradas en las que a los cambios cromáticos antes mencionados se une una composición sólida pero muy ligera. En ningún momento el observador puede sentir la angustia del abigarramiento; antes bien todo lo contrario. Las composiciones de Angeles invitan a respirar, a descansar la vista y la mente contemplando su obra; a sentir paz entremezclada con sensibilidad en una espiral bendita que conduce a la perfección.
Sus paisajes, quietos, tranquilos, te sumen en una naturaleza viva, otoñal, tranquila. Mirando, por ejemplo, "el Bosque Dorado", el observador busca pacientemente una brizna de aire que mueva las copas de los árboles, una brisa que no se ve pero que se adivina suave, aterciopelada, acariciando las hojas.
La obra de Angeles merece la pena. Cuando necesites un momento de calma, cuando el stress te tenga dominado, fija tus ojos en sus cuadros, y no pierdas, invierte todo el tiempo que puedas en oxigenar tus retinas y en apaciguar tu espíritu.
ABDON LOPEZ
Periodista
